ESPAÑA — Los intensos vientos han complicado considerablemente las labores para controlar los incendios forestales que azotan diversas zonas del país, provocando un récord histórico en la superficie afectada, a pesar de que las temperaturas hayan disminuido.
Bomberos, apoyados por militares y equipado con aviones cisterna y helicópteros provenientes de España y otros países europeos, combaten 21 focos activos en el oeste español que fueron catalogados como de nivel operativo dos, indicando una amenaza directa para las comunidades cercanas, según informó Virginia Barcones, directora general de Protección Civil.
Impacto del viento y las condiciones climáticas
Aunque las temperaturas han sido más bajas, las rachas de viento persistentes y la falta de lluvias han complicado la extinción de los incendios. Los meteorólogos esperan que los vientos disminuyan durante el día y que el aumento de humedad ayude a controlarlos, con lluvias pronosticadas para algunas regiones el jueves.
Contexto reciente y movilización internacional
España vivió una ola de calor de 16 días con temperaturas superiores a los 40º C que secaron la vegetación, además de tormentas secas que alimentaron los incendios, causando cuatro muertes y la evacuación de decenas de pueblos. En algunos casos, se sospecha que los fuegos fueron causados de forma intencional o accidental.
El servicio ferroviario entre Madrid y Galicia, suspendido por los incendios, ha sido reanudado. A nivel internacional, Italia, Países Bajos, República Checa, Eslovenia, Alemania, Francia y Finlandia han enviado recursos y personal para apoyar en las tareas de extinción.
Récord histórico de terreno afectado
Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, casi 400,000 hectáreas han sido consumidas este año en España, superando el récord anterior de 306,000 hectáreas registrado en 2022, la peor temporada desde 2006.
El cambio climático está causando olas de calor más largas, intensas y frecuentes en todo el mundo. Expertos en climatología
Estos eventos subrayan la necesidad urgente de adaptarse y fortalecer las estrategias de prevención y control frente a una realidad climática cada vez más adversa.