El presidente Donald Trump ha reavivado su interés por Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, afirmando que «tomará Groenlandia, de una forma u otra». Esta declaración se produce en un contexto de tensiones diplomáticas, donde Trump también ha estado en contacto con Copenhague y otros países europeos para discutir la posibilidad de importar huevos a Estados Unidos. Esta solicitud surge debido a un aumento significativo en los precios de los huevos en el país, que han subido un 59% en febrero, impulsados por un brote de gripe aviar que ha afectado la producción.
La Asociación Danesa del Huevo reveló que recibió una carta de un representante del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en la que se solicitaba información sobre la capacidad de Dinamarca para exportar huevos. La carta preguntaba si podían estimar la cantidad de huevos que podrían suministrar, siempre que se cumplieran los requisitos de importación. La situación es crítica, ya que la escasez de huevos se ha vuelto un problema global, exacerbado por el aumento del consumo y los efectos de la gripe aviar.
Además, el contrabando de huevos desde México ha aumentado, con incautaciones que han crecido un 36% en el actual ejercicio fiscal, lo que refleja la desesperación por encontrar alternativas ante los precios elevados en el mercado estadounidense. Trump, que había prometido reducir el costo de los huevos desde su primer día en el cargo, enfrenta ahora un desafío considerable para cumplir con esa promesa mientras navega por las complejidades de las relaciones comerciales y diplomáticas con Dinamarca y otros países.
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