La comunidad de Campamento se encuentra sumida en una profunda conmoción tras la trágica muerte de Cindy Mariela Padilla, una niña de apenas 2 años, quien falleció después de recibir un desparasitante en el Centro Integral de Salud (CIS) de la localidad. Este lamentable incidente ha desencadenado un fuerte reclamo de justicia por parte de los familiares, quienes acusan al personal médico de negligencia.
Según el testimonio de los familiares, Cindy fue llevada al centro médico para una consulta de rutina. Sin embargo, una enfermera, al parecer, administró el medicamento de manera forzada, sin tener en cuenta el estado clínico de la niña ni obtener el consentimiento adecuado. Minutos después de recibir el tratamiento, la pequeña presentó complicaciones y fue declarada muerta en el mismo establecimiento de salud, lo que ha generado indignación y tristeza en la comunidad.
Los padres de Cindy, visiblemente afectados por la pérdida, han exigido una investigación exhaustiva y sanciones para quienes resulten responsables de lo que consideran una clara mala praxis. El suceso ha puesto el foco de atención en el personal de enfermería del CIS de Campamento, señalado por los parientes como el responsable directo del trágico desenlace.
Este caso ha encendido un debate sobre los protocolos de administración de medicamentos en centros de salud pública, especialmente en áreas rurales donde la atención médica puede ser limitada. También se ha cuestionado la capacitación del personal sanitario en el manejo pediátrico y la atención humanizada, aspectos fundamentales en la salud infantil.
La comunidad local ha solicitado una mayor supervisión estatal y mejoras en el sistema de salud, preocupada por el bienestar de los niños. Los familiares de Cindy han interpuesto una denuncia formal, pidiendo que se aclare lo sucedido y se haga justicia. Se espera que las autoridades sanitarias y el Ministerio Público abran una investigación para determinar si hubo negligencia médica y qué medidas se tomarán al respecto.
En medio de esta situación, especialistas del Hospital Materno Infantil han advertido sobre los riesgos de administrar tratamientos sin la debida prescripción médica. Han instado a los padres a evitar prácticas tradicionales, como masajes o brebajes caseros por “empacho”, que pueden enmascarar afecciones más serias. Entre los síntomas que a menudo son malinterpretados se encuentran fiebre, vómitos, diarrea, estreñimiento y pérdida del apetito.
Este trágico suceso se produce en un contexto complicado para la salud infantil en Honduras, donde la desnutrición y las enfermedades respiratorias siguen siendo las principales causas de consulta en centros escolares y comunitarios, especialmente en zonas como San Pedro Sula y el interior del país. La comunidad de Campamento espera que la muerte de Cindy sirva como un llamado a la acción para mejorar la atención médica y proteger a los más vulnerables.