Desde el Período Edo hasta la actualidad, el erotismo sufrió ciertas restricciones en Japón, un país que siempre intentó mantener su moral lo más limpia posible. A pesar de que no se niega la existencia de los barrios rojos, los mangas hentai y las películas con cierto contenido sexual, la sociedad japonesa suele ser conservadora en dichas cuestiones.
Durante la década del ’80, la industria pornográfica comenzó a tener más cabida en los medios de comunicación y a explorar nuevas temáticas en su contenido. Uno de los directores que más se comprometió en brindar un nuevo enfoque a la revolución sexual en Japón fue Toru Muranishi.
Llamado por los críticos del espectáculo como ‘’El Emperador Japonés Del Porno’’, Muranishi ganó fama por sus polémicos videos, siendo considerado uno de los directores más sucios de la historia de Japón. Atrevido, desafiante y visionario son sólo algunas de las cualidades que definen con palabras la carrera de este director que dejó su firma en la industria pornográfica, aunque no fue nada fácil.
EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN
Nacido el 9 de septiembre de 1948 en Iwaki (Prefectura de Fukushima, Japón), Muranishi realizó sus estudios secundarios en su ciudad natal y, después de su graduación, se mudó a Tokio y trabajó como vendedor de enciclopedias. Pero Muranishi dejó su trabajo para involucrarse en una industria que captaba la atención de muchas personas en Japón: La pornografía.
Muranishi comenzó a explorar la industria de entretenimiento para adultos lanzando revistas y libros vinculados al erotismo pero, con el objetivo firme de ganar popularidad en el mercado, publicó material con fotografías de desnudos femeninos con poca censura ofreciendo imágenes que resultaron ser algo más explícitas de lo común para el público japonés.
Según el artículo 175 del código penal de Japón, está prohibida la distribución y comercialización de material indecente y la pornografía debe ser parcialmente censurada utilizando mosaicos digitales sobre los genitales masculinos y femeninos. En sus inicios con las revistas, Muranishi tuvo sus primeros problemas con la ley por distribuir imágenes que mostraban menos censura en los genitales de las modelos.
Decidido a romper los tabúes de la sexualidad en Japón, Muranishi siguió adelante y comenzó su nueva etapa apostando a lo audiovisual, llevando su objetivo a nuevos territorios.
EL DIRECTOR DESNUDO
A fines de 1984, Toru Muranishi comenzó a trabajar en Crytal-Eizou, una compañía que se encargaba de producir y distribuir videos pornográficos. En aquél entonces, Muranishi comenzó a dirigir películas para Crystal-Eizou utilizando el estilo documental en sus cintas, en donde además de tomar posesión de la cámara, también ocupó el rol de protagonista masculino.
En las cintas, Muranishi presentaba a la actriz y relataba el acto sexual que mantenía con su compañera de rodaje, además de describir con lujo de detalles las perspectivas y sensaciones que le provocaba aquél momento. Al poseer cierta desventaja con la ley de censura, Muranishi apostó a un concepto en donde la imaginación fuera el principal estímulo del público.
Una de las actrices pornográficas que más se destacó en Crystal-Eizou fue Kaoru Kuroki, una estudiante universitaria de arte proveniente de una familia conservadora de clase media, quien realizó su debut en 1986 en la película SM Poi No Suki dirigida por Muranishi. En este innovador film, Muranishi toma el rol de actor-director y comparte escena con una Kaoru Kuroki desenfrenada que sopla una caracola cada vez que alcanza el orgasmo.
La película SM Poi No Suki se convirtió en un título exitoso que, no sólo despertó la fama de Kaoru Kuroki como actriz porno y representante femenina de la revolución sexual japonesa, sino también el interés por las cintas de Toru Muranishi. A raíz del éxito, Muranishi se animó a realizar otros conceptos en sus películas que le dieron su firma propia como director, tales como las series Shower y Fuck Lunch, siendo ésta última una sátira a los programas de televisión orientados a la gastronomía.
Pero a pesar de la gloria, Muranishi fue arrestado por violar la Ley De Bienestar Infantil Japonesa, ya que se descubrió que una actriz que participó en sus películas era menor de edad. Además, durante un rodaje que realizó en Hawaii en 1986, Muranishi fue condenado a prisión por violaciones de pasaporte y fue acusado bajo la Ley Mann, siendo liberado un año después.
AL FRENTE DE DIAMOND VISUAL
En 1988, Muranishi dejó Crystal-Eizou y fundó su propia compañía llamada Diamond Visual. La actriz Kaoru Kuroki siguió a Muranishi para trabajar en su nueva productora y continuó filmando películas, y en 1989, se sumó Kimiko Matsuzaka siendo la nueva estrella de Diamond Visual y una impulsora del género ‘’big bust’’ en la pornografía japonesa.
Con su nueva productora al frente, Muranishi tuvo la idea de distribuir las películas de Diamond Visual no sólo en VHS, sino también a través de la televisión satelital. A principios de 1990, Diamond Visual fue considerada un gigante de la industria pornográfica en Japón y, según Muranishi, la compañía tenía ventas anuales de 10 mil millones de yenes (alrededor de $80 millones).
Pero a pesar de la gran popularidad que pudo cosechar, Diamond Visual se declaró en bancarrota en 1992 con deudas de 5 mil millones de yenes (alrededor de 40 millones). A raíz de esto, Muranishi se vio obligado a modificar su lujoso estilo de vida, pasando de tener una casa de lujo y un Rolls-Royce a apenas poder pagar un departamento.
Aunque Diamond Visual quebró, Muranishi siguió filmando películas para adultos en los roles de actor-director y volvió a producir cintas para su canal de televisión satelital. Para mantenerse a flote en cuanto a nuevas propuestas audiovisuales, Muranishi filmaba alrededor de quince películas por mes, pero una vez más quedó endeudado.
EL LEGADO DEL DIRECTOR MÁS SUCIO DE JAPÓN
Toru Muranishi, quien afirmó en algunas entrevistas el haberse acostado con 7000 mujeres y el haber filmado alrededor de 3000 películas, fue un personaje que dejó su firma en la industria de la pornografía japonesa. Con sus entrevistas inusuales, en donde aparecía en ropa interior brindando discursos sobre la libertad sexual, abrió las mentes tanto de hombres como de mujeres.
Hoy en día, el legado y la historia de Toru Muranishi es son fuentes de inspiración. Este controvertido director tuvo una película documental titulada Toru Muranishi: Is It Nice de Akira Takatsu y fue la base de la serie semi-autobiográfica de Netflix llamada The Naked Director.
Si dudas, Toru Muranishi documentó a través de su ingenio y la lente de su cámara la sexualidad de un país tan particular como Japón, donde aprovechó cada oportunidad para brindar una visión más abierta sobre el tema.