AFGANISTÁN — Un devastador sismo de magnitud 6 sacudió el este de Afganistán la noche del domingo 31 de agosto de 2025, dejando un saldo de 2,217 muertos y cerca de 4,000 heridos, según el último balance oficial del gobierno talibán publicado este jueves. La provincia de Kunar, cerca de la frontera con Pakistán, concentra la mayoría de las víctimas.
El portavoz adjunto del gobierno, Hamdullah Fitrat, informó en X que operaciones de rescate continúan en las zonas afectadas, donde se han encontrado cientos de cuerpos bajo los escombros.
Se han hallado cientos de cuerpos en las casas destruidas.Hamdullah Fitrat
El sismo, con epicentro a 27 km al noreste de Jalalabad, destruyó unas 7,000 viviendas en Kunar, Nangarhar y Laghman, dejando a miles sin refugio.
En el pueblo de Mazar Dara, en el distrito de Nurgal, Kunar, los sobrevivientes enfrentan una situación desesperada. Zahir Jan Safi, un agricultor de 48 años, expresó:
Necesitamos carpas, agua, comida y medicinas de forma urgente.Zahir Jan Safi
Los deslizamientos de tierra y las lluvias recientes han bloqueado caminos, dificultando el acceso de la ayuda humanitaria.
El sismo, que tuvo una profundidad de solo 8 km, es el más mortífero en la historia reciente de Afganistán, un país vulnerable a los temblores debido a su ubicación en la unión de las placas tectónicas euroasiática e india. Además, una réplica de magnitud 5.5 el martes complicó aún más los esfuerzos de rescate.
La respuesta internacional ha sido limitada debido a recortes en la ayuda humanitaria tras la toma del poder por los talibanes en 2021. La ONU, Save the Children y Médicos Sin Fronteras han enviado equipos médicos, mientras que países como India, Irán y el Reino Unido han comprometido ayuda, incluyendo carpas, alimentos y suministros médicos. Sin embargo, las ONG advierten que la magnitud del desastre supera los recursos disponibles, agravada por la crisis económica y la deportación de afganos desde Pakistán e Irán.
La tragedia pone de manifiesto la fragilidad de las comunidades en zonas montañosas, donde casas de adobe y madera colapsaron fácilmente. Mientras los rescatistas trabajan contrarreloj, la comunidad internacional enfrenta el desafío de responder a esta crisis humanitaria en un contexto de recursos limitados.