El jurado ha encontrado a Sean “Diddy” Combs culpable en dos atribuciones de transporte con propósitos de prostitución bajo la Ley Mann, pero lo ha exonerado de los cargos de conspiración de asociación ilícita y tráfico sexual.
Las deliberaciones, que se extendieron por más de catorce horas, culminaron en la lectura de los veredictos en una sala cargada de tensión, donde parte de la familia de Combs estuvo presente. El artista, ataviado con un suéter claro y una camisa de cuello, saludó a sus seres queridos con una breve sonrisa y un gesto de oración antes de sentarse junto a su equipo legal.
El proceso judicial contra Sean Combs comenzó tras una acusación federal presentada en septiembre de 2024, en la cual se le imputaban delitos de tráfico sexual mediante coerción, transporte para prostitución y conspiración de asociación ilícita. Posteriormente, se añadieron dos cargos más. Combs se declaró no culpable de todos los cargos. La acusación lo consideraba el líder de una supuesta red que, según los fiscales, “abusaba, amenazaba y forzaba a mujeres” a participar en orgías sexuales prolongadas bajo la influencia de drogas, denominadas “freak-offs”, y luego las amenazaba para que no hablaran.
Combs afirmó que todos los encuentros sexuales fueron consensuados y, aunque reconoció que hubo episodios de violencia doméstica, negó cualquier responsabilidad en el tráfico de personas. Durante el juicio, el abogado defensor Marc Agnifilo defendió que su cliente simplemente pertenecía a un estilo de vida swinger y que “niega firmemente las acusaciones presentadas por la SDNY”.
La sala del tribunal, generalmente habitada por fiscales y defensores, estuvo casi vacía durante las últimas horas de deliberación, con Combs solo en la mesa de la defensa, revisando un libro y tomando notas, mientras sus abogados se reunían por separado.
El juez Arun Subramanian tuvo un papel protagónico en la deliberación. En varias ocasiones, instruyó al jurado sobre la necesidad de que dialogaran entre ellos y deliberaran para llegar a un consenso, recordándoles que “cada miembro debe evaluar el caso de forma individual, pero solo después de considerar el asunto junto a sus compañeros jurados”.
Enfatizó que “el veredicto debe ser unánime, pero no están obligados a abandonar sus convicciones honestas respecto al impacto o la importancia de la evidencia solo para alcanzar un veredicto o por la opinión de otros jurados”. El juez también indicó que, si el jurado prefería pausar las deliberaciones y continuar al día siguiente, debía enviar un mensaje al tribunal.
El martes, el panel de jurados anunció que había llegado a un fallo en cuatro de los cargos penales presentados contra Combs: dos por tráfico sexual y dos por transporte para prostitución, aunque no se pusieron de acuerdo acerca del cargo de conspiración de asociación ilícita.
El representante del jurado le comunicó al juez Subramanian: “No logramos un acuerdo sobre el Cargo Uno, debido a que hay jurados con posiciones firmes en ambos lados”. Para que el jurado pudiera condenar a Combs por conspiración de asociación ilícita, tenía que estar convencido más allá de cualquier duda razonable de que él había colaborado con al menos una persona más para llevar a cabo dos delitos de los que la fiscalía incluyó el secuestro, el incendio intencional, el soborno, la manipulación de testigos, el trabajo forzado, el tráfico sexual, el transporte para prostitución y la distribución de drogas.
El juez Subramanian reiteró al jurado que “lo que debe demostrar el gobierno es que había un acuerdo, ya sea verbal o no, entre dos o más personas para colaborar y alcanzar el objetivo ilegal”. Después del estancamiento, el juez exhortó a los miembros del jurado a seguir deliberando sobre el cargo de conspiración, subrayando que “ningún jurado debe renunciar a sus convicciones de conciencia para lograr un veredicto unánime”.
Durante la mañana, Combs permaneció solo en la sala, revisando papeles y tomando apuntes, mientras que sus abogados y la mayoría de su familia no estaban presentes. Al cabo de unos treinta minutos, se acercó a sus familiares, quienes lo aplaudieron antes de que él dejara la sala y abrazara a su abogado Brian Steel.
La mayoría de sus seres queridos también se retiró. Cuando se reanudó la sesión, los abogados y fiscales volvieron a ocupar sus lugares en la sala. El juez y el jurado aún no habían llegado cuando Combs regresó a su asiento junto a sus defensores, saludando brevemente a su familia.
Finalmente, el jurado emitió su veredicto: Combs fue declarado no culpable del cargo de conspiración de asociación ilícita (cargo 1), no culpable del cargo de tráfico sexual de Casandra Ventura (cargo 2), culpable del cargo de transporte según la Ley Mann de Casandra Ventura (cargo 3), no culpable del cargo de tráfico sexual de su exnovia Jane (cargo 4) y culpable del cargo de transporte según la Ley Mann de Jane (cargo 5). La defensa celebró las tres absoluciones, afirmando que Combs solo fue hallado culpable de haber transportado a sus exparejas, Cassie Ventura y “Jane”, para propósitos de prostitución, y no de operar una organización criminal ni de tráfico sexual.