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El G20 en Brasil y Javier Milei marcó agenda para que los lideres mundiales arradiquen la pobreza

El G20 en Brasil y Javier Milei marcó agenda para que los lideres mundiales arradiquen la pobreza / El presidente argentino se expreso de la manera marcado una agenda para los diferentes líderes mundiales que se organizan en Río de Janeiro. Con eso tuvo sus principales frases luego de finalizar sus dos discursos. / Actualidad / argentina /

Javier Milei anunció en la tarde de este lunes su apoyo con reservas a la declaración final del G20 de Brasil, al rechazar sus disposiciones vinculadas a la denominada agenda 2030 de las Naciones Unidas. En la mañana, en tanto, realizó su primera intervención en el encuentro de líderes internacionales: “Si queremos erradicar la pobreza, la solución está en corrernos del medio”.

“A los mandatarios internacionales que hoy me acompañan, buenos días. Sea por malicia o ignorancia, la mayoría de los gobiernos modernos han insistido en un error. El error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía”, señaló Milei en el inicio de su discurso al hablar sobre la inclusión social y la lucha contra el hambre y la pobreza.

“Nuestra administración tiene una posición simple: si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en corrernos del medio”, apuntó el mandatario. “Debemos desregular la actividad económica para liberar el mercado y facilitar el comercio, y que el intercambio voluntario de bienes y servicios traiga prosperidad”, continuó.

Luego, por la tarde, el mandatario nacional realizó una nueva intervención. “Pensando en la consigna de esta exposición, creo que el concepto de ‘gobernanza global’ se ha convertido en la etiqueta de este fracaso”, apuntó y agregó: “Porque hoy, aunque varios no se animen a decirlo a viva voz, somos muchos en la comunidad internacional para quienes ‘gobernanza global’ es sinónimo de imposiciones de todo tipo a nuestras naciones y a nuestros ciudadanos”.

“En distintos ámbitos nos han llegado a acusar de promover discursos de odio, de ser antidemocráticos o de representar un peligro para los derechos humanos, meramente por tener una opinión disidente. Esto quiere decir que los mecanismos de gobernanza global no ofrecen un canal de conversación entre semejantes. Ofrecen solo dos caminos: sumisión o rebeldía”, continuó Milei. Luego, aclaró: “Bueno, antes que ser esclavos, nosotros preferimos la rebeldía. Así que voy a aprovechar esta oportunidad para esclarecer la posición de esta administración acerca de algunas consignas de la mal llamada ‘gobernanza global’”. A continuación, realizó un repaso:

“Si se trata de restringir la libertad de opinión, no cuenten con nosotros”.

“Si se trata de transgredir el derecho a la propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros”.

“Si se trata de limitar el derecho de los países a explotar libremente sus recursos naturales, no cuenten con nosotros”.

“Si se trata de inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o de cualquier minoría, y negar el principio de igualdad ante la ley, no cuenten con nosotros”.

Este fue el espíritu con el que nació el G20 después de la crisis de las sub-prime en 2008.

Sin embargo, la evidencia empírica demuestra lo contrario: cada vez que un Estado tuvo una presencia del 100% en la economía —que no es más que una forma bonita de llamar a la esclavitud—, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital, y millones de muertes ya sea por hambre, frío o crimen.

Siempre que se aplicaron estas ideas, tuvo que ser a punta de pistola y levantando muros que le prohibieran a su población escaparse.

El segundo discurso de Milei en el G20

Reforma de las instituciones de gobernanza global

Estimados integrantes de esta asamblea:

Los organismos y foros internacionales que hoy articulan la comunidad internacional se crearon con el espíritu de que todas las naciones involucradas pudieran reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomos, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas.

Esto está grabado en piedra en el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que consigna que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Sin embargo, hoy, a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional del que nosotros los presentes y el resto de las naciones del mundo participan, es hora de reconocer que este modelo está en crisis, porque desde hace tiempo está en falta con su propósito original.

En primer lugar, porque hemos fracasado en cumplir con el mandato de cooperación internacional voluntaria entre iguales.

Hoy, lo que rige en la comunidad internacional es un esquema de imposición, no uno de cooperación simétrica y autónoma.

En segundo lugar, y más importante aún, porque muchas de las políticas promovidas con insistencia por la comunidad internacional vulneran los derechos más básicos de los ciudadanos del mundo, que son el derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada.

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