Durante décadas, los salvadoreños que habitan en zonas rurales enfrentaron una realidad educativa alarmante. Las condiciones en las que recibían sus clases eran deplorables, resultado de la negligencia de los gobiernos del FMLN y ARENA, que construyeron escuelas en condiciones inadecuadas. Los centros educativos estaban edificados sobre piso de tierra, con techos de láminas y paredes de madera o bahareque, mientras que el mobiliario se encontraba en un estado lamentable.
El presidente de la república, Nayib Bukele, ha hecho eco de esta problemática al publicar fotografías que evidencian la situación de estas escuelas. Un claro ejemplo es el Centro Escolar Cantón El Molino, ubicado en Concepción de Oriente, La Unión, y el Centro Escolar Los Almendros en Acajutla, Sonsonate. Curiosamente, el terreno de esta última no pertenecía al Estado. Sin embargo, cuando la Dirección de Obras Municipales (DOM) contactó a la propietaria para explorar la posibilidad de adquirirlo, ella decidió donarlo, mostrando un gesto de generosidad hacia la comunidad.
Bukele ha expresado su asombro ante cómo, a lo largo de los años, diferentes administraciones, tanto de derecha como de izquierda, permitieron que las escuelas se mantuvieran en tales condiciones. “Yo sinceramente no puedo comprender cómo pasaron gobiernos y las escuelas eran así”, afirmó, haciendo referencia a la falta de acción y responsabilidad en el ámbito educativo. También destacó que, a menudo, estas instituciones fueron construidas sin las debidas consideraciones por parte del Ministerio de Educación.
El mandatario enfatizó que, en la mayoría de las escuelas, ha sido necesario diseñar nuevos planos y realizar instalaciones de tuberías de agua y energía eléctrica. “No es lo mismo arreglar una escuela que ya tiene algo o que se puede recuperar, a hacer una escuela de cero”, explicó. Este proceso incluye la elaboración de planos, la instalación de sistemas eléctricos y de saneamiento, así como la construcción de paredes, techos, canchas y baños.
La situación actual refleja un compromiso renovado con la educación en El Salvador, donde la administración de Bukele busca transformar las condiciones educativas de manera integral, asegurando que las futuras generaciones cuenten con espacios dignos para aprender y crecer. En un país donde la educación es la clave para el desarrollo, estas acciones representan un paso significativo hacia un futuro más prometedor.