Las recientes modificaciones a la normativa penal permitirán que menores involucrados en delitos de crimen organizado, como asesinato, secuestro y tráfico de armas, cumplan sus condenas en centros penitenciarios para adultos. Esta medida busca distinguir entre jóvenes que han cometido delitos graves y aquellos que han delinquido de manera ocasional o por delitos de menor gravedad.
Hasta ahora, la ley estipulaba que los menores debían ser detenidos en centros especializados para adolescentes, separados de los adultos. Sin embargo, las reformas permitirán que los jóvenes condenados por delitos graves permanezcan en pabellones especiales hasta que alcancen la mayoría de edad, momento en el cual serán sometidos al régimen penal para adultos.
La iniciativa, impulsada por el presidente Nayib Bukele, garantiza la separación de los jóvenes infractores en espacios específicos. A diferencia de los adolescentes involucrados en delitos comunes, que continuarán bajo la supervisión del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (ISNA), los jóvenes criminales tendrán un tratamiento diferente para evitar su reincidencia en organizaciones delictivas.
El ministro de seguridad, Gustavo Villatoro, presentó estas reformas como parte de un esfuerzo integral del gobierno contra el crimen organizado. Según Villatoro, las medidas responden a una necesidad identificada durante casi tres años bajo el Régimen de Excepción, que ha mostrado que muchos jóvenes no se benefician del enfoque rehabilitador actual y retornan a sus organizaciones criminales tras su liberación.
Villatoro enfatizó que estas enmiendas no contravienen la Constitución ni los tratados internacionales y apuntan a mejorar la gestión de menores implicados en actividades delictivas serias. El objetivo es evitar que los centros para menores se conviertan en semilleros de criminales, manteniendo a los jóvenes en sectores diferenciados hasta su ingreso en el sistema penal adulto.
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