El conflicto en Oriente Medio ha alcanzado un nuevo nivel de tensión tras los recientes ataques de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares en Irán. Este sábado, el presidente Donald Trump confirmó la operación, bautizada como Operación Martillo de Medianoche, dirigida contra los sitios de Fordow, Natanz e Isfahán, considerados centros clave del programa nuclear iraní.
Los bombardeos, ejecutados con bombarderos B-2 y misiles Tomahawk, buscaban frenar la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán, que según funcionarios estadounidenses estaba cerca de producir armamento nuclear. Trump calificó la operación como un “éxito espectacular”, asegurando que todos los aviones regresaron a salvo y que este es un momento para la paz.
Por otro lado, Irán ha reaccionado con dureza. El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, denunció los ataques como un “comportamiento extremadamente peligroso y criminal”, advirtiendo que tendrán consecuencias eternas. Araqchi afirmó que Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía y pueblo, amparándose en la Carta de las Naciones Unidas.
Los acontecimientos de esta mañana son escandalosos y tendrán consecuencias eternas. Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo.Abás Araqchi, Ministro de Relaciones Exteriores de Irán
Aunque la magnitud exacta de los daños aún no está clara, medios iraníes reconocieron que el sitio de Fordow fue impactado tras activarse las defensas aéreas en Qom. Sin embargo, autoridades de Teherán minimizaron el impacto, asegurando que los materiales clave ya habían sido evacuados de las instalaciones nucleares atacadas.
Desde la Casa Blanca, se estima que una destrucción efectiva de estos centros podría retrasar el programa nuclear iraní por años, un objetivo compartido con Israel, que coordinó plenamente la operación con Estados Unidos. Este ataque marca una intervención directa de Washington en el conflicto entre Israel e Irán, tras días de especulaciones y presiones diplomáticas.
La comunidad internacional ha mostrado reacciones divididas. Mientras Israel celebra la acción como un paso hacia la seguridad, países como Arabia Saudita y Omán expresaron preocupación por una posible escalada. La Unión Europea instó a retomar las negociaciones para evitar más tensiones en la región.
Con este escenario, el futuro del conflicto en Oriente Medio permanece incierto. Los ataques a las instalaciones nucleares en Irán no solo han intensificado las hostilidades, sino que plantean preguntas sobre cómo responderá Teherán y si esto conducirá a una guerra más amplia. El mundo observa con atención los próximos pasos.