El PSV Eindhoven demostró su notable dominio sobre la Juventus en un enfrentamiento que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos. Durante los primeros diez minutos del asalto neerlandés, el PSV generó constantes oportunidades y mantuvo una presión implacable sobre el equipo italiano.
No obstante, fue el estadounidense Timothy Weah quien rompió el cerrojo con un gol sorprendente y quizás inmerecido, dado el control absoluto del PSV en ese momento. Aprovechando un tiro libre desde la banda, Weah conectó el balón de primeras, enviándolo raso y ajustado al palo.
Aunque el VAR revisó la jugada por una posible interferencia en fuera de juego de Gatti, el gol fue validado, proporcionando un respiro momentáneo para la Juventus.
Sin embargo, este momento de alivio para la ‘Juve’ fue efímero. En el minuto 74, después de sufrir una nueva oleada de ataques, el PSV logró empatar. Un centro de Ivan Perisic, seguido por un intento de cabeza de Luuk de Jong, permitió a Ismael Saibari definir y mandar el partido a la prórroga.
Durante el tiempo extra, la Juventus continuó mostrando las mismas debilidades vistas en la segunda mitad, mientras que el PSV mantenía el control del juego. El golpe decisivo llegó en una jugada a balón parado.
Johan Bakayoko encontró un balón suelto en el área y, tras intentar un centro, se produjo una confusión entre Gatti y Di Gregorio, dejando el balón listo para que Yorbe Flamingo completara la épica remontada.
La Juventus estuvo cerca de lograr el empate antes del final del tiempo extra, pero una espectacular salvada de Di Gregorio evitó lo que pudo ser el 4-1.
En el último suspiro, un disparo de Dušan Vlahović que chocó contra el poste fue lo más cerca que los italianos estuvieron de su boleto a los penales.
La derrota de la Juventus deja a su entrenador, Thiago Motta, en una posición delicada, mientras que el PSV celebra su merecido pase a los octavos de final, mostrando una fe insuperable en lograr una remontada inolvidable.