Un estudio realizado por la Universidad de Kyushu, en Japón, identificó proteínas en el líquido cefalorraquídeo que pueden predecir un efecto secundario grave de la inmunoterapia contra el cáncer. La investigación, publicada en la revista Leukemia el 11 de marzo de 2025, encontró que ciertos biomarcadores permiten anticipar el riesgo de desarrollar el síndrome de neurotoxicidad asociada a las células efectoras inmunitarias (ICANS), una inflamación del sistema nervioso central la cual puede comprometer la vida de los pacientes tratados con terapia de células CAR-T.
Un riesgo grave en la terapia contra el cáncer
La inmunoterapia transformó el tratamiento del cáncer al reforzar el sistema inmunológico del paciente para combatir células tumorales. Una de sus variantes más prometedoras, la terapia con células CAR-T, modifica genéticamente células inmunitarias para atacar células cancerosas, especialmente en cánceres de la sangre. Sin embargo, este tratamiento puede provocar efectos adversos severos, como el ICANS, cuya incidencia se estima en un 64% de los pacientes tratados.
«El ICANS puede presentarse con síntomas leves, como dolor de cabeza o letargo, pero en casos más graves puede poner en peligro la vida, ya que los pacientes experimentan alteración de la conciencia, convulsiones o sangrado en el cerebro», explicó la Dra. Yuya Kunisaki, profesora del Departamento de Química Clínica y Medicina de Laboratorio del Hospital Universitario de Kyushu.
Para desarrollar la prueba predictiva, los investigadores analizaron muestras de líquido cefalorraquídeo de 29 pacientes con linfoma de Hodgkin de células B antes de recibir la terapia CAR-T. En este grupo, 11 desarrollaron ICANS y 18 no presentaron la afección. Tras examinar 864 proteínas presentes en las muestras, el equipo identificó 46 proteínas con diferencias significativas entre ambos grupos.
Las proteínas C1RL y FUCA2 resultaron ser los biomarcadores más precisos para predecir el desarrollo del ICANS. Los pacientes con niveles elevados de C1RL y bajos de FUCA2 tenían mayor riesgo de sufrir esta complicación.
Validación y nuevos enfoques para la detección temprana
Para comprobar la efectividad del hallazgo, los investigadores analizaron un segundo grupo de 10 pacientes sometidos a terapia CAR-T. En cada caso, la relación entre C1RL y FUCA2 predijo correctamente la probabilidad de desarrollar ICANS.
Más allá de estos resultados alentadores, los expertos advierten que es necesario ampliar el estudio. «Ahora necesitamos realizar el estudio con un mayor número de pacientes para validar completamente nuestros resultados», señaló la coautora principal, la Dra. Tomoko Nomiyama, tecnóloga clínica del Departamento de Química Clínica y Medicina de Laboratorio del Hospital Universitario de Kyushu.
El descubrimiento de estos biomarcadores podría no solo permitir la detección temprana del ICANS, sino también facilitar tratamientos preventivos. «Si la relación de biomarcadores muestra que un paciente tiene un alto riesgo de ICANS, podríamos tratarlo de manera preventiva con medicamentos que inhiben el sistema del complemento para reducir el riesgo», comentó Kunisaki.
Actualmente, el equipo investiga si estos biomarcadores pueden detectarse en muestras de sangre, ya que la extracción de líquido cefalorraquídeo es un procedimiento invasivo. «Si podemos identificar biomarcadores similares en la sangre, nuestra prueba se convertiría en una herramienta mucho más simple y accesible para predecir ICANS», afirmó Nomiyama.
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