MÉXICO — La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México condenó los ataques estadounidenses del 21 de junio de 2025 contra las instalaciones nucleares iraníes de Fordo, Natanz e Isfahán, instando a las partes involucradas a buscar un “diálogo pacífico” para evitar una escalada de violencia en Oriente Medio, según un comunicado oficial.
“México rechaza el uso de la fuerza y aboga por soluciones diplomáticas que garanticen la paz regional” , señaló la SRE, alineándose con líderes globales que piden desescalada.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, expresó su preocupación el 20 de junio durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, advirtiendo sobre el riesgo de una “tercera guerra mundial”. “No es una broma; el potencial de conflicto global crece en Ucrania y Oriente Medio, especialmente por los ataques a instalaciones nucleares iraníes”, afirmó Putin, según RT. Aunque Rusia apoya el programa nuclear pacífico de Irán, Putin aclaró que no participa en el conflicto, pero defenderá sus intereses si es necesario. También reiteró su postura sobre Ucrania, afirmando que “los pueblos ruso y ucraniano son uno” y no descartó acciones en la región de Sumi.
Los ataques de EE. UU., con B-2 Spirit y misiles Tomahawk, fueron calificados por el presidente Donald Trump como un “éxito” para frenar el programa nuclear iraní, según The New York Times. La Media Luna Roja Iraní reportó no haber víctimas, y la IAEA confirmó que no se detectaron fugas radiactivas, aunque Natanz sufrió daños. Irán, liderado por Masoud Pezeshkian, denunció una violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras China, Rusia, y el Papa León XIV alertaron sobre una crisis regional. Las represalias iraníes, con misiles Khyber, dejaron 25 muertos en Israel.
El conflicto, iniciado el 13 de junio con ataques israelíes que mataron a 400 personas en Irán, según el Ministerio de Salud iraní, ha suspendido negociaciones nucleares en Omán y elevado tensiones globales. México, fiel a su tradición diplomática y al Tratado de Tlatelolco, reiteró su compromiso con el desarme nuclear y la paz, mientras Putin subrayó la necesidad de respetar la soberanía para evitar una escalada mayor.