BRASIL — El expresidente Jair Bolsonaro anunció la suspensión de todos sus compromisos políticos en julio de 2025 debido a graves problemas de salud. En un comunicado compartido por su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, el exmandatario explicó que sufre crisis de hipo y vómitos constantes que le impiden hablar y alimentarse adecuadamente.
Los médicos de Bolsonaro han ordenado reposo domiciliario absoluto durante todo el mes para garantizar su recuperación tras una compleja cirugía abdominal realizada el 13 de abril de 2025. La operación, que duró 12 horas, abordó una obstrucción intestinal derivada de una puñalada sufrida en 2018 durante su campaña electoral.
A pesar de las recomendaciones médicas de evitar aglomeraciones, Bolsonaro participó en varios eventos públicos tras su alta hospitalaria. El más reciente, el pasado domingo en Sao Paulo, reunió a miles de seguidores. Sin embargo, a mediados de junio, ya había interrumpido un viaje en Goias por sentirse indispuesto, y el martes canceló un acto con su Partido Liberal en Brasilia.
Los médicos también reportaron un episodio reciente de sospecha de neumonía viral, detectado mediante una tomografía. Durante julio, Bolsonaro permanecerá alejado de actividades públicas y políticas, incluyendo eventos programados en Santa Catarina y Rondonia, para enfocarse en su recuperación total.
La esposa de Bolsonaro, Michelle, expresó en redes sociales su confianza en que el exmandatario se recuperará pronto. «Jair necesita este tiempo para estar al 100% y retomar sus agendas», escribió, destacando la importancia de este período de descanso para su salud.
Paralelamente, Bolsonaro enfrenta un juicio en la Corte Suprema por presuntamente liderar una organización criminal para planear un golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva. El exmandatario niega las acusaciones, afirmando que nunca apoyó un golpe y que es víctima de una persecución política.
En un acto reciente en Sao Paulo, Bolsonaro sorprendió al declarar que no está obsesionado con el poder, aunque sigue siendo una figura central de la derecha brasileña. Su salud, sin embargo, sigue siendo un obstáculo para sus aspiraciones políticas, mientras se mantiene inhabilitado para postularse hasta 2030.