IRÁN — El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, aprobó el 2 de julio de 2025 una ley que suspende la cooperación con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), según informó Press TV. La medida prohíbe la entrada de inspectores del OIEA a menos que se garantice la seguridad de las instalaciones nucleares y las “actividades nucleares pacíficas” de Irán, sujeta a la aprobación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
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La decisión, validada previamente por el Consejo de Guardianes, responde a la ofensiva israelí del 13 de junio de 2025 contra el programa nuclear iraní en Fordó, Natanz e Isfahán, a la que se sumaron ataques estadounidenses el 22 de junio. Irán acusa al OIEA y a su director, Rafael Grossi, de no condenar estas agresiones, que considera violaciones del Tratado de No Proliferación (TNP) y del derecho internacional.
Teherán critica a Grossi por informes “con motivaciones políticas” que, según el régimen, sirvieron de pretexto para los bombardeos. El portavoz iraní, Esmaeil Baqaei, señaló que la suspensión refleja el “enojo de la opinión pública” y acusó al OIEA de parcialidad. Incluso el diario ultraconservador Kayhan afirmó que supuestos documentos prueban que Grossi es un “espía israelí”.
Grossi, en una entrevista con RFI, reconoció la “tensión” con Irán y lamentó que “voces políticas” lo acusen de falta de imparcialidad. Tras el alto el fuego del 24 de junio, escribió al ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, proponiendo viajar a Teherán para reanudar inspecciones, pero no recibió respuesta. El OIEA busca evaluar los daños en las instalaciones nucleares y el estado del uranio enriquecido, que Irán asegura haber trasladado antes de los ataques.
Israel, que no es firmante del TNP y no permite inspecciones del OIEA, exigió a Francia, Reino Unido y Alemania reactivar sanciones contra Irán mediante el mecanismo “snapback” del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA). El ministro israelí Gideon Saar calificó la suspensión como una “renuncia total” a las obligaciones nucleares de Irán. La UE, por su parte, ofreció mediar para reanudar la cooperación, advirtiendo que un Irán nuclear “no es aceptable”.
Irán, que enriquece uranio al 60% —cerca del 90% necesario para armas nucleares—, insiste en que su programa es pacífico, respaldado por un edicto del ayatolá Alí Jamenei. Sin embargo, el OIEA y agencias occidentales sospechan de actividades militares hasta 2003. La suspensión complica la supervisión internacional y podría aislar aún más a Irán, arriesgando sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
A pesar de la ruptura, el ministro Araqchi señaló a CBS News que “las puertas de la diplomacia nunca se cerrarán por completo”, sugiriendo posibles negociaciones con EE. UU., aunque sin plazos inmediatos. La decisión de Irán, tomada tras una guerra de 12 días que dejó 935 muertos en el país, refleja un endurecimiento de su postura en un contexto de alta tensión regional.