ISRAEL — Un informe de Haaretz revela que soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recibieron órdenes de disparar contra palestinos desarmados en puntos de distribución de ayuda humanitaria en Gaza, incluso sin amenaza alguna, en un patrón que constituye posibles crímenes de guerra.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, desde el 27 de mayo de 2025, 549 palestinos han muerto y más de 4,000 han resultado heridos cerca de centros de ayuda gestionados por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), respaldada por Israel y EE.UU. Soldados y oficiales entrevistados por Haaretz describieron estas zonas como un “campo de muerte”, donde se usa fuego real, incluyendo ametralladoras, lanzagranadas, morteros y tanques, sin medidas antidisturbios.
Es un campo de muerte. Entre una y cinco personas morían cada día donde serví, tratados como fuerza hostil.
Soldado israelí anónimo a Haaretz
Un oficial relató un incidente donde la 252 División, bajo el mando de Yehuda Vach, abrió fuego contra civiles en una intersección esperando camiones de ayuda, matando a ocho personas, incluidos adolescentes. Los militares denunciaron que estas órdenes violan el derecho internacional y los valores éticos del ejército, con un soldado afirmando que “la vida humana ha perdido todo valor en Gaza”.
El informe detalla el uso de tácticas letales para dispersar multitudes, incluso cuando los palestinos solo buscan alimentos. Un soldado describió cómo reanudaron disparos de mortero para evitar que civiles se acercaran, resultando en muertes. Otro destacó que los comandantes actúan como si estuvieran en un “universo paralelo”, normalizando la matanza de civiles.
La Gaza Humanitarian Foundation ha sido criticada por operar solo cuatro centros de distribución, insuficientes para los 2.3 millones de habitantes de Gaza, generando caos y hacinamiento. La ONU y Médicos Sin Fronteras han calificado estas zonas como “trampas mortales” y posibles crímenes contra la humanidad. El primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Israel Katz rechazaron el informe como “calumnias de sangre” contra las FDI.