Líderes europeos intensificaron sus reuniones diplomáticas luego de que Washington suspendiera la ayuda militar a Ucrania. Los líderes europeos sostienen que, en esta guerra, está en juego la seguridad de toda Europa, no solo la soberanía de Ucrania. En este contexto, varias naciones del continente discutieron estrategias para reforzar su defensa y cooperación militar.
En los últimos días, se llevaron a cabo encuentros en Londres y París, además de reuniones de ministros de defensa de la OTAN en Bruselas. También está programada una cumbre de emergencia de la Unión Europea para abordar la situación. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirmó que Europa debe convertir a Ucrania en un «puercoespín de acero» con envíos urgentes de armas.
Keir Starmer, el primer ministro británico, declaró que es momento de «acción, no de palabras». Algunos líderes europeos buscan demostrar su compromiso con la seguridad del continente y convencer a Donald Trump de que Europa ya no depende de Estados Unidos para su defensa. Otros señalaron la necesidad de fortalecer sus capacidades militares independientemente del respaldo de Washington.
La posible formación de una «coalición de los dispuestos», integrada por países europeos que enviarían tropas de mantenimiento de la paz a Ucrania tras un eventual alto el fuego, generó posturas divergentes. Mientras Reino Unido y Francia respaldan la iniciativa, Polonia manifestó su negativa a participar, argumentando la necesidad de mantener a sus tropas en su territorio.
Alemania se posiciona como el segundo mayor donante de ayuda militar a Ucrania después de Estados Unidos. Según declaraciones de representantes del país, si otras naciones europeas incrementan su contribución, la defensa ucraniana podría estar cubierta. No obstante, diferentes capacidades militares y prioridades presupuestarias dentro de la Unión Europea fueron señaladas como factores a considerar en estos esfuerzos.
El apoyo de Estados Unidos sigue siendo un punto clave en la seguridad europea. Un político europeo expresó que ciertos recursos militares «no se pueden comprar rápidamente en el cajero automático local». Además, el Financial Times informó que Washington redujo el intercambio de inteligencia con Ucrania, lo cual podría afectar su capacidad militar.
Sobre el ámbito financiero, la Unión Europea evalúa estrategias para fortalecer su capacidad defensiva. Von der Leyen propuso movilizar hasta 800.000 millones de euros mediante préstamos para inversiones en defensa y la flexibilización de normas fiscales. También se discute la posibilidad de utilizar activos rusos congelados en Europa para financiar apoyo a Ucrania. Sin embargo, el debate evidenció diferencias entre los países miembros, ya que Hungría y Eslovaquia expresaron reservas sobre algunas propuestas.
Los niveles de inversión en defensa varían entre los países europeos. Estonia y Lituania destinan más del 3% de su PIB a este rubro y expresaron su intención de aumentarlo al 5%. En contraste, Italia y España aún no alcanzan el mínimo del 2% exigido por la OTAN. Un estudio de Focaldata indicó que la mayoría de los votantes en Alemania, Francia y Reino Unido prefieren mantener o reducir el gasto en defensa.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, señaló que Europa necesita aumentar su inversión en seguridad ante los cambios en Washington y Moscú. Según Rutte, los países europeos deberían destinar más del 3% de su PIB a defensa para reducir su dependencia de Estados Unidos. Expertos en seguridad señalaron que, si Trump retira completamente el apoyo a Ucrania y Europa, los países del continente podrían necesitar gastar entre el 4% y el 6% de su PIB en defensa.
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