ESTADOS UNIDOS — El magnate tecnológico Elon Musk respondió el martes 17 de junio de 2025 a las acusaciones de The New York Times sobre su supuesto consumo diario de estupefacientes compartiendo en la red social X un análisis de orina que muestra resultados negativos para sustancias como cocaína, ketamina, opiáceos, anfetaminas y cannabinoides. Con un simple “lol” (siglas en inglés de “riendo a carcajadas”), Musk ridiculizó las alegaciones del diario, que citaba fuentes anónimas cercanas al dueño de Tesla, SpaceX y X Corp, sin presentar pruebas concretas.
El análisis, realizado el 11 de junio en un laboratorio de Austin, Texas, coincide con un momento de alta actividad pública para Musk. Ese mismo día, publicó una disculpa en X dirigida al presidente Donald Trump, admitiendo haber “ido demasiado lejos” en sus críticas al proyecto de ley presupuestaria impulsado por el mandatario. Musk, quien hasta mayo de 2025 lideró el polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), se opone al plan por considerarlo un despilfarro, reflejando su creciente influencia en el debate político estadounidense. Las acusaciones de The New York Times han intensificado las tensiones entre Musk y los medios tradicionales, consolidando su estrategia de usar X para contrarrestar narrativas adversas y conectar directamente con su audiencia global.
Este episodio no solo pone en relieve la controversia en torno a la vida personal de Musk, sino también el poder de las redes sociales como herramienta de defensa pública. Mientras el magnate enfrenta escrutinio por su estilo de liderazgo y decisiones empresariales, su respuesta desenfadada en X refuerza su imagen de figura desafiante, generando un impacto que trasciende las páginas del diario y alimenta el debate sobre la veracidad de los reportajes basados en fuentes anónimas.