Ginebra, Suiza – Un nuevo estudio publicado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), revela que el consumo habitual de alcohol podría aumentar significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas. La investigación, publicada en la revista PLOS Medicine, destaca que por cada incremento de 10 gramos diarios en la ingesta de alcohol —equivalente a una copa pequeña de vino o una cerveza— el riesgo de padecer este tipo de cáncer se eleva en un 3 %.
Para los hombres, el estudio indica que un consumo diario de entre 15 y 30 gramos puede aumentar el riesgo en un 15 %, y en aquellos que superan esta cantidad, el riesgo puede alcanzar hasta un 36 %. En mujeres, el incremento del riesgo es del 12 % para el mismo rango de consumo.
“El alcohol se consume a menudo junto con el tabaco, lo que generaba dudas sobre la independencia de su efecto. Sin embargo, nuestros análisis demuestran que el vínculo con el cáncer de páncreas también se observa en personas no fumadoras”, explicó el doctor Pietro Ferrari, jefe de la oficina de nutrición y metabolismo de la IARC y principal autor del estudio.
Este análisis es uno de los más amplios realizados hasta la fecha sobre la relación entre el alcohol y el cáncer pancreático, abarcando datos de 2,5 millones de personas de cuatro continentes. A pesar de que este tipo de cáncer ocupa el duodécimo lugar en frecuencia a nivel mundial, representa una de cada veinte muertes por cáncer, debido a su diagnóstico tardío y a la limitada eficacia de los tratamientos disponibles.
Los factores de riesgo más conocidos del cáncer de páncreas incluyen el tabaquismo, la obesidad, la pancreatitis crónica y la diabetes, aunque las causas siguen siendo poco comprendidas. “Este estudio contribuye a ampliar el conocimiento sobre los factores de riesgo del cáncer de páncreas y refuerza la necesidad de concienciar sobre los efectos del alcohol en la salud”, concluyó Ferrari.
La IARC insta a la población a considerar estos hallazgos en sus hábitos de consumo y a fomentar un estilo de vida más saludable para reducir el riesgo de enfermedades graves como el cáncer de páncreas.