Salud cerebral — El consumo excesivo de azúcar puede provocar efectos negativos directos en el cerebro, afectando la memoria, el estado de ánimo y la capacidad cognitiva. Diversos estudios han demostrado que el índice glucémico de los alimentos juega un papel fundamental en el rendimiento mental y en la preservación de las funciones cerebrales.
Memoria
El azúcar tiene un efecto inflamatorio en el cerebro. A medida que este órgano se inflama, pierde habilidades y capacidades, lo que da lugar a distintos problemas como:
- Función cognitiva más lenta.
- Déficit en la memoria.
- Dificultades en la atención.
Estado de ánimo
Un cerebro acostumbrado a la glucosa experimenta dificultades cuando no tiene acceso a su fuente de recompensa, lo que genera cambios negativos en el estado de ánimo, tales como:
- Procesamiento emocional comprometido al aumentar los niveles de glucosa.
- Aumento de la ansiedad durante episodios de hiperglucemia.
- Mayor incidencia de depresión, asociada a altas tasas de consumo de azúcares.
Capacidad mental
Los niveles elevados de glucosa en sangre dañan los vasos sanguíneos. Cuando este daño se concentra en el cerebro, aparecen déficits en:
- El aprendizaje.
- La memoria.
- La velocidad motora.
Los especialistas señalan que la clave está en la elección de las fuentes de glucosa. En lugar de optar por alimentos de alto índice glucémico como azúcares procesados, es recomendable elegir fuentes naturales con índice glucémico bajo, lo que ayuda a reducir riesgos de deterioro cognitivo e incluso de encogimiento cerebral.
Índice glucémico
Los alimentos se clasifican según su índice glucémico, dependiendo de qué tan rápido se digieren y elevan los niveles de azúcar en la sangre. Entre los productos de índice glucémico alto se encuentran los procesados, azucarados, cereales, donas, papas y pan blanco. Con índice bajo destacan vegetales, frutas, nueces y legumbres.
De acuerdo con investigaciones, a mayor índice glucémico, peores son las consecuencias para el cerebro, que pueden resumirse en cinco categorías principales:
Respuesta a los estímulos
El cerebro interpreta las actividades como recompensa o castigo. Los alimentos de alto índice glucémico activan las regiones cerebrales vinculadas con las recompensas, fomentando impulsos adictivos. Esto genera hambre insaciable, que puede derivar en obesidad, diabetes tipo 2 y dependencia de este tipo de alimentos.
Tendencia adictiva
Consumir productos con alto índice glucémico provoca que el cerebro busque repetir el estímulo de placer. De manera similar al efecto de sustancias adictivas, los beneficios iniciales disminuyen, generando un ciclo en el que se necesita cada vez más cantidad para alcanzar la misma sensación. Esto favorece la adicción al azúcar y sus consecuencias negativas.
Una dieta rica en azúcares, en especial con alimentos de alto índice glucémico, puede afectar de forma negativa al cerebro y sus funciones cognitivas, de acuerdo con el doctor Joel Fuhrman de la Universidad de Pensilvania.