Despedida y clamor por justicia para Luis Ángel, 14 años

Despedida conmovedora: un niño de 14 años es recordado con flores y globos tras una trágica pérdida que clama justicia.
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En un entorno de dolor y desolación, la comunidad de Tehuacán, Puebla, se unió para despedir a Luis Ángel, un niño de solo 14 años cuya vida fue truncada de manera violenta e injusta. Un féretro adornado con flores y globos blancos simbolizaba la pureza y juventud arrebatada por un conductor negligente que, tras atropellarlo en la carretera estatal Tehuacán – Teotitlán, huyó sin mirar atrás.

El trágico accidente tuvo lugar el pasado domingo 18 de mayo en las cercanías de San Marcos. Luis Ángel, quien se dirigía a casa tras visitar a sus hermanitos, no pudo evitar el impacto del automóvil que lo embistió, un Beetle rojo cuyo conductor decidió evadir su responsabilidad y dejar a Luis Ángel a su suerte.

La misa de cuerpo presente en la iglesia de San Diego Chalma fue un momento cargado de emociones. Entre rezos quebrados y abrazos silenciosos, la familia despidió a Luis Ángel, enfrentando una pérdida que se suma al reciente fallecimiento de la madre del joven, quien murió tras dar a luz, dejando a sus cinco hijos en un estado de orfandad devastador.

Luis Ángel, un niño con sueños y responsabilidades más allá de su edad, iba rumbo a casa para prepararse para un examen de matemáticas, un reflejo de su deseo de superación y amor por el estudio. Su tía recuerda con dolor las últimas palabras del joven, quien prometió regresar pronto para seguir adelante con su educación.

La escena del velorio, en una casa humilde adornada con globos, veladoras y la presencia de vecinos solidarios, es un testimonio del cariño y respeto que Luis Ángel inspiraba en su comunidad. Sin enemigos, solo con aspiraciones de vivir y estudiar, su partida deja un vacío irreparable.

La familia Martínez clama por justicia y pide la colaboración ciudadana para identificar al responsable. La Fiscalía General del Estado ha establecido contacto con la familia, pero la burocracia y el dolor del duelo han retrasado los procedimientos legales.

Luis Ángel no es solo una estadística más. Era un niño con nombre, historia y familia. Su silla vacía en la escuela es un recordatorio de la tragedia que nadie debería olvidar. Aquellos que deseen apoyar a la familia en estos momentos difíciles pueden dirigirse a la Avenida de la Juventud Ópalo #1927, en Tehuacán, para ayudar a solventar los gastos que deja su partida. La comunidad, unida en el dolor, busca justicia para que la memoria de Luis Ángel inspire un cambio y no quede en el olvido.

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