IRÁN — Los recientes bombardeos israelíes en Teherán han impactado la emblemática prisión de Evin, conocida por ser un centro de detención de presos políticos y extranjeros. Según el sitio web Mizan Online, vinculado al poder judicial iraní, los ataques causaron daños en varias partes de las instalaciones, generando preocupación por la seguridad de los reclusos.
La prisión de Evin, ubicada al norte de la capital iraní, ha sido durante décadas un símbolo de represión, donde se reportan malos tratos a disidentes y opositores del régimen. Entre los detenidos se encuentran extranjeros como los franceses Cécile Kohler y Jacques Paris, encarcelados desde 2022. Noémie Kohler, hermana de Cécile, calificó el bombardeo como «completamente irresponsable» y expresó su angustia: «No sabemos si están vivos, estamos en pánico».
En el más reciente ataque del régimen sionista contra Teherán, proyectiles alcanzaron la prisión de Evin, causando daños en partes de las instalaciones.
Mizan Online, sitio web del poder judicial iraní
El poder judicial iraní aseguró que la situación en Evin está «bajo control» y que se han desplegado todos los recursos necesarios para gestionar el complejo penitenciario. Sin embargo, la falta de información detallada sobre el estado de los presos ha incrementado la incertidumbre entre familiares y organizaciones de derechos humanos.
Paralelamente, el ejército israelí confirmó que sus aviones de combate intensificaron los ataques en Teherán, con un enfoque en el cuartel general de la Guardia Revolucionaria, el brazo ideológico de la República Islámica. «Estamos atacando elementos que amenazan al Estado de Israel», declaró el general Effie Defrin, portavoz militar, en una conferencia televisada.
El conflicto, que estalló el 13 de junio con una ofensiva israelí sin precedentes contra Irán, se ha agravado con la intervención de Estados Unidos. El domingo, aviones estadounidenses bombardearon instalaciones nucleares clave en Isfahán, Natanz y la planta subterránea de Fordo, elevando la tensión en la región.
Los bombardeos a la prisión de Evin no solo han dañado infraestructura, sino que han puesto en riesgo la vida de los detenidos, muchos de los cuales son considerados presos de conciencia. La comunidad internacional observa con preocupación esta escalada, mientras las familias de los reclusos exigen transparencia sobre su situación. Este episodio subraya la gravedad del conflicto entre Israel e Irán, que continúa afectando a civiles y generando incertidumbre global.