Un Boeing 737 Max de la aerolínea TUI vivió un aterrizaje de emergencia en Gatwick después de que dos cisnes colisionaran con la aeronave, perforando su fuselaje.
El avión, que transportaba cerca de 200 pasajeros, enfrentó esta situación el miércoles cuando las aves impactaron a 300 kilómetros por hora apenas alcanzados los 300 metros de altitud tras despegar rumbo a Cabo Verde.
El choque rompió el mamparo de presión, comprometiendo sistemas electrónicos cruciales y evitando la presurización adecuada del avión, según informó una fuente al tabloide The Sun.
Con el parabrisas cubierto de restos de los cisnes, los pilotos volaron con visibilidad muy reducida durante 90 minutos antes de lograr aterrizar en Gatwick. La nave necesitó escolta para llegar a la zona de estacionamiento.
Aunque no hubo heridos, el incidente fue descrito como un evento de terror sin precedentes en el ámbito de colisiones con aves en el Reino Unido.
