En la región sureña de Siria, la tensión se ha intensificado tras los recientes ataques aéreos llevados a cabo por Israel en la provincia de Daraa.
Estos ataques se dirigieron contra infraestructuras militares sirias que anteriormente formaron parte del aparato del régimen de Assad, cuyo colapso dejó el área vulnerable a grupos insurgentes islamistas.
La acción militar fue justificada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como una medida preventiva para neutralizar amenazas potenciales contra la seguridad del Estado de Israel.
Según informaron, los ataques se centraron en destruir sistemas de radar y equipos de inteligencia que podrían ser utilizados en su contra. En particular, las localidades de Jbab e Izraa fueron escenario de al menos catorce bombardeos combinados.
El gobierno sirio, a través de su agencia de noticias estatal SANA, confirmó la ocurrencia de estos ataques, aunque no reportó inmediatamente víctimas. Israel ha dejado claro su intención de mantener el área desmilitarizada, señalando su disposición a actuar contra cualquier presencia militar cercana a su territorio.
Tras la caída del régimen de Bashar al-Assad, el control gubernamental en el sur de Siria sigue siendo débil, lo que ha generado vacíos de poder que Israel y otros actores regionales buscan explotar.
En este contexto, el presidente interino, Ahmed al-Sharaa, se enfrenta a presiones internacionales, y funcionarios israelíes no han dudado en criticar su liderazgo.
En paralelo, el nuevo gobierno sirio, ahora bajo dominio islamista, ha declarado el éxito de una operación militar reciente que puso fin a un levantamiento emergente.
No obstante, informes de violencia extrema y asesinatos étnicos en las provincias costeras han alarmado a la comunidad internacional, particularmente debido a las tensiones sectarias entre la mayoría sunita y la minoría alauita del país.
Organizaciones como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos han denunciado la muerte de cientos de civiles, imputables a las fuerzas gubernamentales en lo que describieron como crímenes de represalia.
Mientras tanto, las declaraciones israelíes han sido desestimadas por Sharaa, quien ha contrarrestado con críticas a las acciones de Israel en Gaza, subrayando las pérdidas humanas ocurridas en los recientes conflictos.
En un ambiente cargado de incertidumbre y rivalidades, la situación en Siria sigue siendo un punto crítico de preocupación para el Medio Oriente y el mundo. Las dinámicas actuales reflejan no solo las complejidades internas del país, sino también las aspiraciones y amenazas transfronterizas que continúan impulsando el conflicto.
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