En un trágico suceso que ha sacudido al barrio Aranjuez de Medellín, Colombia, lo que inicialmente se pensó como un intento de robo se ha revelado como una ejecución selectiva. Ariel Gonzalo Figueroa Cetre, conocido en el bajo mundo como “Mi Nay” o “Conspire”, fue asesinado en un restaurante el pasado sábado 17 de mayo. Las autoridades han determinado que se trató de un ajuste de cuentas entre miembros de un Grupo Delincuencial Organizado (GDO) al que pertenecía.
Las investigaciones apuntan a que la hipótesis del hurto ha perdido credibilidad, ya que el crimen de Figueroa estaba vinculado a deudas derivadas de actividades ilícitas, como el tráfico de sustancias y la venta de licor adulterado. Era un conocido miembro del Grupo de Delincuencia Común Organizada (Gdco) San Pablo, lo que sugiere que su muerte podría estar relacionada con rivalidades en el ámbito criminal.
El asesinato, captado en video, muestra a un hombre con chaqueta y gorra oscura ingresar al restaurante donde Figueroa se encontraba acompañado de una mujer. En las perturbadoras imágenes, el agresor se acerca a la pareja, saca un arma de fuego y apunta directamente a Figueroa. A pesar de la inminente amenaza, Figueroa intenta enfrentarse a su atacante. Sin embargo, el agresor le dispara en el pecho, y aunque herido, Figueroa logra forcejear con él durante varios segundos antes de caer al suelo.
Este violento episodio resalta la creciente preocupación por la seguridad en Medellín, donde la lucha entre grupos criminales continúa afectando a la población. Las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para abordar la violencia que asola la ciudad, pero el caso de Figueroa es un recordatorio sombrío de la realidad que enfrentan muchos en el mundo del crimen organizado. La comunidad y las fuerzas del orden esperan que el esclarecimiento de este asesinato contribuya a desmantelar las redes delictivas que operan en la región y restaurar la paz en el barrio Aranjuez.