El Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO) publicó un informe alarmante este miércoles, destacando 61 conflictos con participación estatal en 36 países y 74 conflictos entre actores no estatales en 2024, basado en datos recopilados por la Universidad de Uppsala. Comparado con 2023, que registró 59 conflictos en 34 países, Siri Aas Rustad, redactora principal, advierte: “No es solamente una subida, es un giro estructural. El mundo de hoy es mucho más violento y mucho más fragmentado que hace una década”. Los conflictos estatales causaron unas 129,000 muertes en 2024, el cuarto año más sangriento desde 1989, impulsado por las guerras en Ucrania y Gaza.
África lidera con 28 conflictos estatales, seguida de Asia (17), Oriente Medio (10), Europa (3) y América (2, en Colombia y Haití). En los conflictos no estatales, América Latina destacó con cerca de 13,000 muertes, el 74% del total mundial (17,500), cuatro veces más que África, atribuidas a “grupos muy organizados” como pandillas y cárteles de la droga. Rustad apela a la responsabilidad de Estados Unidos, criticando la doctrina “America First” del presidente Donald Trump: “No es momento de que Estados Unidos ni ninguna otra gran potencia renuncie a su compromiso internacional. El aislacionismo sería un gran error con consecuencias a largo plazo sobre la vida humana”. Agregó que abandonar la solidaridad internacional, sea bajo Trump o cualquier administración, “significaría apartarse de la estabilidad que Estados Unidos ayudó a construir después de 1945”.
El informe urge a una acción global coordinada para mitigar esta escalada de violencia, mientras el mundo observa las implicaciones de las políticas estadounidenses.