La creciente preocupación en Puerto Rico se agudiza tras el asesinato de dos mujeres a manos de sus parejas, elevando a cuatro los feminicidios registrados este año en la isla. Los casos recientes ocurrieron en Guayama, donde Lisalee Escalante Espada, de 28 años y madre de tres niños, fue asesinada por su pareja, y en Villalba, donde Mildred Beatriz Colón Bonilla, de 50 años, fue víctima de su esposo de más de dos décadas.
Lisalee fue atacada al intentar escapar de su abusador. Había llamado a una amiga en busca de ayuda, pero al momento de subir al auto, su pareja le disparó fatalmente en la espalda. Llegó sin vida al hospital Menonita.
En Villalba, el esposo de Mildred, tras cometer el crimen, se entregó a la policía en Juana Díaz. En un intento de justificar sus acciones, alegó haber actuado en defensa propia, aunque sus declaraciones carecen de detalles convincentes.
Ambos agresores poseían licencias para portar armas, un proceso que se ha vuelto más accesible en Puerto Rico, reflejando las políticas de Estados Unidos sobre la posesión de armas.
La situación subraya la urgente necesidad de abordar la violencia de género y reforzar las medidas de protección y prevención en la isla.
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