Un grupo de casi 600 mexicanos que había buscado refugio en Guatemala para escapar de la violencia del narcotráfico en el estado de Chiapas regresó recientemente a su país de origen. Entre ellos se encontraban personas de todas las edades, incluidos niños y ancianos. Así lo anunció el Instituto Guatemalteco de Migración, que desde agosto del año pasado había estado proporcionando asistencia humanitaria a estos ciudadanos mexicanos desplazados.
No obstante, dos adultos y un niño han optado por permanecer en Guatemala, solicitando un estatus de permanencia por razones humanitarias. Durante su estancia en Guatemala, estas familias se establecieron en comunidades como La Unión Frontera, Monterrico La Frontera y Ampliación Nueva Reforma, situadas en el municipio de Cuilco, en la provincia fronteriza de Huehuetenango.
El regreso de esta comunidad fue posible gracias a los esfuerzos de las autoridades mexicanas para recuperar el control de la región afectada. El Instituto de Migración destacó que un equipo multidisciplinario había estado visitando estas comunidades mensualmente para gestionar la permanencia humanitaria de los refugiados. Sin embargo, esta vez, solo tres personas de las casi 600 optaron por quedarse en la región guatemalteca.
Este éxodo y regreso se enmarcan en un contexto de creciente violencia en la frontera de Chiapas, que ha sido escenario de enfrentamientos entre los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. Estas organizaciones criminales se disputan el dominio de esta área estratégica, crucial para el tráfico ilícito de drogas, armas y migrantes con destino hacia Estados Unidos. Un trágico incidente en junio pasado resultó en la muerte de 19 personas, incluidos siete guatemaltecos, subrayando la gravedad de la situación en la zona.
GIPHY App Key not set. Please check settings