Un reciente estudio de la Universidad de California reveló que el consumo crónico de alcohol reduce la producción de una proteína fundamental para la señalización celular: el receptor muscarínico de acetilcolina M4 (mAChR4).
Esta proteína ayuda a mantener las bacterias intestinales en su lugar, lo que protege el hígado de infecciones y daños. La reducción de mAChR4 facilita que las bacterias del intestino lleguen al hígado, agravando las enfermedades hepáticas asociadas al alcohol.
El estudio incluyó biopsias de hígados humanos y experimentos con ratones que mostraron que restaurar la función de mAChR4 podría mejorar la inmunidad protectora del hígado y combatir los efectos negativos del consumo de alcohol crónico.
Además de su papel en el hígado, mAChR4 también influye en funciones cerebrales relacionadas con hábitos, aprendizaje y adicciones, por lo que desarrollar medicamentos que activen específicamente esta proteína podría representar un avance clave para tratar trastornos asociados al alcohol.
La investigación destaca la importancia del eje intestino-hígado en la enfermedad hepática por alcohol y abre nuevas vías para terapias enfocadas en mejorar la comunicación celular y la inmunidad microbiana.