HONDURAS — Bajo la administración de Donald Trump, Estados Unidos ha logrado acuerdos con varios países para que acepten deportados de otras nacionalidades expulsados desde EE. UU. Entre estos países figura Honduras, cuyo gobierno presidido por Xiomara Castro acordó recibir deportados originarios de otras naciones hispanohablantes latinoamericanas, incluyendo familias con niños.
Según documentos internos a los que tuvo acceso CBS News, Honduras aceptó un número “relativamente pequeño” de deportaciones, apenas unos pocos cientos en dos años, pero existe la posibilidad de incrementar este volumen.
Política internacional de deportaciones
Esta estrategia forma parte de un esfuerzo mayor de la Administración Trump, que ha establecido acuerdos similares con países como Uganda y busca extender esta política a otras naciones, como España y Ecuador.
La reanudación en julio de los vuelos de deportación a terceros países se dio tras una autorización de la Corte Suprema, representando un triunfo para la política migratoria estricta del presidente estadounidense.
Contexto y críticas
Desde que retomó la Casa Blanca, Trump impulsó deportaciones aceleradas hacia países como El Salvador, Sudán y Esuatini, en una política de mano dura contra la inmigración ilegal. El Departamento de Estado, consultado sobre el tema, no ha hecho comentarios públicos sobre las negociaciones debido a su naturaleza privada, pero afirmó su compromiso con mantener segura a América mediante estas expulsiones.