IRÁN — El presidente Donald Trump ha dado un giro inesperado en la crisis con Irán. En un mensaje transmitido por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que decidirá en las próximas dos semanas si Estados Unidos intervendrá militarmente, dependiendo de posibles negociaciones con Teherán.
Tras una semana de intensos enfrentamientos entre Israel e Irán, que han llevado a la región al borde de una guerra, las palabras de Trump abren una ventana diplomática. Este viernes, los ministros de Exteriores de Irán, Francia, Alemania y Reino Unido se reúnen en Ginebra para buscar una solución pacífica.
El ministro británico, David Lammy, destacó que estas dos semanas son una oportunidad para la diplomacia. Las conversaciones en Ginebra serán las primeras cara a cara entre Teherán y gobiernos occidentales desde que Israel atacó Irán el pasado 13 de junio.
Antes del conflicto, Estados Unidos negociaba un nuevo acuerdo nuclear con Irán, excluyendo a Europa, cuya diplomacia fue clave en el pacto de 2015 que Trump abandonó. Ahora, los ministros europeos intentarán convencer a Irán de volver a la mesa de diálogo.
Sin embargo, el ministro iraní Abbas Araghchi insiste en que no habrá negociaciones mientras continúen los ataques israelíes. “No hay lugar para el diálogo hasta que cese la agresión”, dijo, según la agencia iraní IRNA.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, también se mostró firme, exigiendo el fin de las acciones israelíes para detener la guerra. Mientras, Trump mantiene la ambigüedad, afirmando: “Puede que actúe, puede que no”.
A pesar de las amenazas, Trump ha abierto un resquicio de esperanza. Sin embargo, su postura contradice a su inteligencia, liderada por Tulsi Gabbard, que descarta que Irán planee construir un arma nuclear pronto.
La diplomacia tiene ahora dos semanas para evitar una escalada mayor, aunque la imprevisibilidad de Trump mantiene al mundo en vilo.