ESTADOS UNIDOS — La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, decretó este martes un toque de queda nocturno en el centro de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, respondiendo a varias noches de protestas contra las redadas migratorias impulsadas por el presidente Donald Trump. «He declarado (el estado de) emergencia local y decretado un toque de queda en el centro de Los Ángeles para detener el vandalismo y parar los saqueos», afirmó Bass a los periodistas, marcando un giro drástico en la gestión del orden público.
Las manifestaciones comenzaron temprano frente a un edificio federal, epicentro de las protestas, y se extendieron a una de las principales autopistas del centro. A mediados de la tarde, la policía de Los Ángeles intervino con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. En las últimas 24 horas, las fuerzas del orden realizaron más de cien arrestos, en su mayoría por desobediencia a órdenes de dispersión, según informó la policía local.
A pesar de los disturbios, la ciudad mantiene un ritmo normal, con turistas fotografiando el Paseo de las Estrellas, estrenos de cine en marcha y graduaciones escolares sin interrupciones, mostrando la resiliencia de Los Ángeles ante la crisis.