En una noche de fiesta, un joven acepta el reto más estúpido de su vida: beber una botella entera de licor en menos de un minuto. Todos lo animan, las cámaras graban, el ambiente es eufórico.
Cuando da el último trago y alza los brazos en señal de victoria, su cuerpo empieza a convulsionar. La ingesta excesiva de alcohol en poco tiempo puede causar una falla orgánica irreversible, y el joven cae desplomado ante sus amigos aterrorizados.
Lo que comenzó como una broma se convierte en una lección cruel sobre los peligros de la imprudencia y la presión social.