En lo que va del año 2025, al menos 11,800 hondureños han sido deportados desde Estados Unidos, según informó el director del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras, Wilson Paz. Esta cifra refleja un contexto migratorio complejo y dinámico que afecta a la región centroamericana.
De acuerdo con las autoridades, la mayoría de las deportaciones se realizan mediante vuelos civiles y militares, con un promedio de cuatro a cinco vuelos semanales que arriban a territorio hondureño. Además, se registran deportaciones terrestres desde México, aunque en menor cantidad.
Wilson Paz destacó que, en comparación con años anteriores, se observa una disminución en el número de deportados desde Estados Unidos, proyectando que para 2025 la cifra podría ubicarse entre 36,000 y 40,000, inferior a las 42,000 deportaciones registradas en 2024.
El fenómeno migratorio en Honduras es complejo, ya que el país funciona tanto como punto de origen como de tránsito para migrantes de diversas nacionalidades que buscan llegar a Estados Unidos. En 2025, se han registrado aproximadamente 15,000 migrantes en tránsito, cifra considerablemente menor a los 140,000 del año anterior.
El INM también reporta un flujo migratorio irregular significativo, con más de 1.2 millones de migrantes de diversas nacionalidades que han cruzado Honduras entre 2014 y 2025. Entre ellos destacan venezolanos, cubanos, haitianos, ecuatorianos y colombianos, además de migrantes provenientes de Asia y África.
El director del INM subrayó la importancia de fortalecer la capacidad institucional para atender a los migrantes deportados y en tránsito, garantizando sus derechos y facilitando procesos de retorno voluntario cuando corresponda.
Las autoridades hondureñas continúan coordinando con organismos internacionales y países vecinos para gestionar de manera integral los flujos migratorios y atender las causas estructurales que impulsan la migración irregular.
Este escenario migratorio plantea retos significativos en materia de seguridad, derechos humanos y desarrollo social, que requieren respuestas coordinadas y sostenibles a nivel regional.