Tegucigalpa, Honduras – Al menos 1.7 millones de hondureños enfrentarán una situación de crisis o emergencia alimentaria en los próximos meses, según el análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda (CIF) publicado a finales de abril por la Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria y Nutricional (UTSAN).
El informe detalla que, entre mayo, junio y julio de 2025, aproximadamente 1.6 millones de personas, equivalente al 16% de la población, estarán en la fase 3 (crisis alimentaria), mientras que unas 92,000 personas (1%) se encontrarán en la fase 4 (emergencia). Durante este período, 10 departamentos, incluyendo Islas de la Bahía, Atlántida, Colón, Cortés, Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque, Comayagua, El Paraíso, Olancho y el Distrito Central, se clasificarán en inseguridad alimentaria acentuada, mientras que el resto del país estará en crisis.
El análisis destaca un deterioro significativo en los departamentos del corredor seco, donde las reservas de alimentos han disminuido drásticamente y la cosecha de café ha finalizado, aumentando la vulnerabilidad de las familias. Joselino Pacheco, director de UTSAN, explicó que los meses de junio, julio y agosto son particularmente críticos debido a la baja actividad agrícola y la escasa empleabilidad en el campo. “En este período, los ciclos de siembra apenas comienzan, y la actividad productiva es menor, lo que reduce los ingresos en las zonas rurales”, afirmó.
Para mitigar la situación, el programa de bonos para la producción ha beneficiado a unas 550,000 familias de pequeños productores de café y ganaderos. Sin embargo, Pacheco señaló que no todas las familias afectadas por la inseguridad alimentaria son productoras, por lo que incrementar la producción no resuelve completamente el problema. Este panorama subraya la necesidad de estrategias integrales para abordar la vulnerabilidad alimentaria en Honduras, especialmente en las regiones más afectadas.